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La Eclipsada Sombra
En los tiempos antiguos, en un reino lejano, gobernaba el sabio y justo Rey Alaric, cuyo linaje se remontaba a generaciones de monarcas valientes. Su reina, Eleanor, era conocida por su belleza y gracia, y juntos tenían dos hijos, el apuesto príncipe Edmund y la hermosa princesa Isabella.
Sin embargo, la paz en el reino se vio amenazada por la sombra de la guerra que se cernía sobre las tierras. Un rey rival, Lord Malachar, codiciaba la riqueza y la prosperidad del reino de Alaric. Con el pretexto de viejas disputas territoriales, declaró la guerra al reino vecino.
Ante la inminente amenaza, el príncipe Edmund y la princesa Isabella se prepararon para la batalla, ansiosos por demostrar su valentía. Mientras tanto, los caballeros más leales del rey se entrenaban día y noche para proteger a su monarca y su reino.
En medio de esta tensión, tres brujas poderosas, conocidas como las Hermanas de la luna, ejercían su influencia en las sombras. Eran hermosas y temidas en todo el reino, y sus habilidades místicas eran conocidas por todos. Morgana, la primera de las brujas, tenía el don de la ilusión y podía distorsionar la realidad a su antojo. Sibylla, la segunda, poseía el don de la profecía y podía vislumbrar el futuro. Y la tercera, Hekate, controlaba las fuerzas de la oscuridad y tenía un ejército de criaturas místicas a su servicio.
Las brujas, astutas y ambiciosas, decidieron aprovechar la guerra entre los reinos para aumentar su propio poder. Morgana engañó a Lord Malachar con ilusiones de victoria, Sibylla profetizó la caída del reino de Alaric y Hekate convocó a las criaturas de la oscuridad para sembrar el caos en las tierras del Rey Alaric.
La guerra estalló con furia, y los caballeros lucharon valientemente en el campo de batalla, liderados por el príncipe Edmund. Mientras tanto, las brujas trabajaban en las sombras, tejiendo sus hechizos y manipulando los eventos a su favor.
La princesa Isabella, preocupada por el destino de su reino, buscó la sabiduría de los ancianos del reino. A través de sus consejos, descubrió la verdad detrás de las maquinaciones de las Hermanas de la luna.
Determinada a salvar a su familia y a su reino, Isabella se embarcó en una peligrosa búsqueda para encontrar a los únicos seres que podrían contrarrestar el poder de las brujas: los Guardianes Ancestrales.
Mientras tanto, en el campo de batalla, la guerra alcanzó su punto álgido. Los caballeros del rey luchaban con valentía, pero la influencia de las brujas era fuerte. Fue entonces cuando el príncipe Edmund, herido pero no vencido, se enfrentó directamente a Morgana, la maestra de las ilusiones. Con astucia y coraje, logró desentrañar sus engaños y desarmarla.
En su búsqueda, la princesa Isabella encontró a los Guardianes Ancestrales, seres místicos que habían protegido el reino desde tiempos inmemoriales. Con su ayuda, Isabella adquirió conocimientos y poderes mágicos para enfrentarse a las brujas.
Mientras tanto, en el campo de batalla, el rey Alaric lideró a sus tropas contra Lord Malachar, desafiando las profecías de Sibylla. La batalla fue feroz, pero la valentía y el liderazgo del rey inspiraron a sus tropas a resistir.
Finalmente, Isabella regresó al reino, enfrentándose a las Hermanas del Crepúsculo. Con la sabiduría de los Guardianes Ancestrales, desafiaron las ilusiones de Morgana, desafiaron las profecías de Sibylla y vencieron a las fuerzas oscuras de Selene.
La paz regresó al reino de Alaric, y las brujas fueron desterradas para siempre.
El rey Alaric y su familia fueron aclamados como héroes, y el príncipe Edmund y la princesa Isabella aprendieron que, aunque las amenazas pueden venir desde las sombras, el coraje y la sabiduría siempre prevalecen en la luz.
...Continuara...
Cap. 11 ¿Destino o causalidad?
Helena regresando su casa, siendo recibida por su hermana menor: ¿Cómo te fue con las chicas?
Helena: Bien, Michel sorprendida ya sabes, quiere saber absolutamente todo, tu ¿Cómo vas?
Cap. 9 ¿Destino o causalidad?
Helena suspirando: Bueno…
Ana y Michel: Si no ves necesario, no hables de ello.
Helena: Creo que ya puedo hacerlo.
En tanto Juan, llegando a su apartamento, sentía como su estómago se inflamaba, su cabeza le empezaba a doler desmesuradamente, subía por el elevador, su corazón se aceleraba: ¡Carajo! Pero ¿Qué me sucede?
Cap. 8 ¿Destino o causalidad?
Andrea: Vale, estamos en contacto ¿Verdad?
Juan: Si, si, recupérate.
Bajándose Andrea del vehículo de Juan, le causó gran intriga los comentarios de él, ella, sentía cierta fascinación a hombres con un alto nivel de misterio en su vida, Juan, no hablaba mucho de la suya, solo dejaba abiertas todas las preguntas,
Cap. 7 ¿Destino o causalidad?
Andrea llevando su mano derecha a su frente: Si, claro, fue un honor no haber pasado la noche contigo.
Cap. 6 ¿Destino o causalidad?
“Saliendo de la ducha David y Andrea, besándose, Andrea tumbándolo a la cama: -¿Te he dicho que te amo y me encantas?
Cap. 5 ¿Destino o causalidad?
“Helena sonriendo, mojándose los labios: -Eres tú el hombre perfecto para mí."
Juan besando el cuello de Helena, mientras la llevaba a la habitación, al abrir la puerta vio unas cuantas velas, chocolate caliente, y una carpeta en su tocador, recostándola con delicadeza en su cama:
Cap. 4 ¿Destino o causalidad?
Andrea levantándose sutilmente del sillón, acercándose a aquella pintura: -¿Qué buscas en una mujer, Juan?
Cap. 3 ¿Destino o Causalidad?
Entrando al apartamento de Juan, Andrea veía el buen gusto que él tenía y efectivamente una maravillosa cava, y una pintura que llamó su atención:
- Que belleza ¿Quién lo ha hecho?
Cap. 2 ¿Destino o Causalidad?
Juan, levantando su ceja izquierda:
- ¡Vaya! Eres la tercera mujer que me hace esa pregunta, la diferencia es que recién te he conocido.
Por cierto mi nombre es Juan y ¿Tú eres?
Andrea, con una sonrisa irónica:
-Mi nombre es Andrea, y así que eres tremenda joyita, que me he topado entonces ¿Eh? Mientras de un sorbo se tomaba el tequila.
Juan, con asombro:
-¿Joyita? ¡Nombre! Solo he sido un hombre con la fortuna suficiente para tener una mala racha en cuestiones, que, tú como mujer entiendes.